Estamos ya a septiembre, y aún así, en la capital española hace aún un calor considerable. Un gran momento para hacerse con un aire acondicionado, habida cuenta de que sus precios ya empiezan a bajar.
Una vez que lo tenemos en casa, la reacción inicial es encenderlo y llevarlo inmediatamente a 14ºC. Pero, ¿es esta la temperatura ideal para tener en nuestro hogar?
No podemos dejar de lado que la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior puede provocarnos problemas de salud si es que la brecha entre ambas es muy grande. Por ende, lo mejor que podemos hacer antes de adquirir el equipo, es saber a cuántos grados conviene regularlo para ahorrarnos molestias en nuestra salud o, incluso, en nuestro bolsillo.
Cómo lograr el confort a través de la temperatura en el hogar
Madrid es una ciudad en la que el calor se hace sentir de manera contundente en el verano; una prueba de ello son los más de 30ºC que hay que soportar en la época estival. La buena noticia es que no necesitaremos incrementar la factura de consumo eléctrico de forma alarmante si es que aprendemos a usar el aire acondicionado de forma eficiente.
Si bien puede ser que los 22ºC nos parezcan una buena solución al sofocante calor, en especial cuando llegamos de una calle a la que el sol ha estado castigando sin clemencia, una vez que permanecemos inactivos en casa es posible que hasta sintamos algo de fresco de más. Por lo tanto, para lograr una armonía entre la temperatura exterior, la interior y la de nuestro propio cuerpo, lo ideal es colocar los equipos en 26ºC.
La clave está en la aclimatación de nuestro organismo. No es de extrañar que al comienzo no notemos una gran diferencia, pero a medida que nos vayamos acostumbrando, la comodidad se irá haciendo presente y nos daremos cuenta de que no es necesario ni un grado menos, aunque los 25ºC forman parte del rango recomendable por los expertos.
Aunque parezca increíble, lo cierto es que no necesitamos más de 5ºC menos dentro de la casa de los que hay fuera de ella. Por lo que las cantidades recomendadas son las que permiten sentirse bien sin correr riesgo de enfriamiento.
Un factor que nos puede jugar muy en contra es la impaciencia. Es común llegar de la calle y encender el aire a temperaturas casi invernales, en la desesperación por refrescarnos del sofocante calor. Esta medida solo logrará que nuestro bolsillo se vea sensiblemente afectado a fin de mes, casi tanto como nuestras vías respiratorias. Solemos creer que la casa se aclimatará antes por lanzar aire casi gélido, sin embargo, al regularlo en 26ºC, obtendremos la misma sensación de confort si es que logramos esperar unos 15 minutos.
Consejos para sacarle el máximo provecho a nuestro equipo de aire
- No orientarlo hacia las personas: si las personas están sentadas justo delante del aire, lo mejor es bajar la aleta regulable para que el aire fluya hacia abajo. Siempre tenemos la posibilidad de acomodarnos y acomodar a nuestros huéspedes alejados de la línea del aire, pero cuando esto no es posible por una razón de espacio, siempre podemos regularlo para que no apunte directamente al cuerpo. Una zona muy vulnerable es la espalda, por lo que nunca deberemos permitir que el aire impacte sobre nuestra ella; esto sería dar la bienvenida a las enfermedades respiratorias.
- Tener especial cuidado con niños y ancianos: las edades que se encuentran en los extremos son las más vulnerables a captar bacterias relacionadas con los problemas respiratorios, por ende, habrá que tener especial cuidado con los más pequeños y con los abuelos de la casa.
- Mantener los filtros limpios: no es de extrañar creer que se tiene alergia al aire acondicionado, pero esto es una falsa creencia. Lo que genera los estornudos, los ojos lagrimosos y una nariz congestionada no es el aire en sí mismo, sino el polen, el polvo y las microfibras que se adhieren a los filtros. Por consiguiente, los filtros limpios son un sinónimo de salud y de mantener a las alergias lo más lejos posible.
