Uso del humificador

Podemos decir que el humidificador es un aparato que ayuda a incrementar el nivel de humedad en un espacio, contribuyendo a suavizar el efecto seco de los ambientes cerrados y a disminuir las consecuencias de un uso reiterado del aire acondicionado. El mecanismo funciona evaporando el agua del circuito y expulsando el vapor periódicamente por todos los rincones de la estadía. El aire que se respira gracias al humidificador es mucho más saludable y es por eso que el uso de este tipo de aparatos se aconseja para familias con bebés o niños pequeños, al conseguir que el ambiente de la casa se vuelva más agradable.

Sobre la utilización del aire acondicionado

Los aparatos que acondicionan el aire proporcionan bienestar y confort, aunque en la mayoría de ocasiones consiguen secar el ambiente, incluso en aquellas zonas donde el clima y la humedad son más altos. Este formato de climatización provoca que la humedad natural se pierda al intercambiar el calor de cada espacio y servirse de él para aumentar la refrigeración. El sistema enfría la vivienda extrayendo el aire caliente, alterando el estado de líquido a gas y permitiendo la bajada de la temperatura. Más tarde, el ventilador que integra el aparato produce aire frío a su paso por las bobinas, proceso que provoca la deshumidificación del aire.

Características del aire que está acondicionado y del humificador

Los tipos de humidificadores pueden variar en función de su uso, existiendo los de vapor frío, vapor caliente, centrífugo, evaporativo, entre otros. Además, algunos incorporan un ionizador que ayuda a aumentar la sensación de comodidad en la atmósfera de la estancia. Los humificadores de vapor frío ofrecen a los usuarios varias ventajas además de aumentar la calidad del aire que se respira. Este tipo de humificador se considera mejor que el humificador de vapor caliente y es ideal para el verano ya que la sensación de aire se nota mucho más gracias al vapor fino de agua. Durante el invierno ayuda a evitar que las personas que se encuentren en el espacio sufran patologías en el aparato respiratorio como infecciones de garganta, catarros o faringitis.

Algunos climatizadores vienen equipados con un sistema con opción humidificador-deshumidificador, consiguiendo integrar en el mismo producto la ventaja de poder manejar las capacidades de enfriamiento y de dirigir la temperatura y humedad con tal de alcanzar un nivel de bienestar aceptable sin tantas unidades funcionando a la vez.

La utilización del climatizador y el humidificador al mismo tiempo tiende a ocasionar un conflicto ambiental, puesto que al eliminar la humedad del espacio y aumentarla, a su vez, de forma constante, se produce un derroche de energía durante el proceso. Aun así, si el calor se muestra insoportable y seca tanto el aire como para rebajar el confort en el hogar, el uso del humidificador se vuelve necesario a pesar del choque entre los dos sistemas.

Aspectos a tener en cuenta a la hora de escoger la mejor opción

Dada la necesidad de uso en verano del aire acondicionado, el humidificador se convierte en la opción perfecta para combinar, añadiendo a la relajación que supone permanecer en una estancia de ambiente agradable, un uso responsable que permita evitar y prevenir las consecuencias nocivas sobre nuestra salud.

El empleo continuo del climatizador suele conducir a síntomas como dolor de garganta y sequedad en ojos y piel y abre las puertas a empeorar las manifestaciones de enfermedades respiratorias como el asma. Los recién nacidos y los ancianos representan los grupos de edad más afectados por los cambios de temperatura y un ambiente seco.

Es fundamental para ellos alcanzar una buena ventilación en la vivienda y una humedad relativa que oscile entorno al 30-50 %. Asimismo, un aire demasiado frío a largo plazo resulta una desventaja para los muebles de madera y la pintura.