Una de las preguntas más frecuentes que solemos hacernos cuando instalamos en nuestro hogar un nuevo sistema de calefacción o refrigeración es la siguiente: ¿Cuál es su vida útil?, ¿cada cuánto tiempo tenemos que cambiar el aparato?
La respuesta depende de dos factores esenciales: la calidad del sistema de refrigeración que hayamos instalado y el mantenimiento que hagamos del mismo.
En general, podríamos decir que la vida útil media de un aparato de aire acondicionado es de unos 15 años. En aparatos de muy buena calidad la vida útil puede llegar a los 20 años. Los modelos más nuevos suelen tener una vida útil más larga que los antiguos, gracias a las mejoras en la tecnología. Por otra parte, los modelos de baja calidad pueden reducir su vida útil considerablemente hasta los 5 años. Además, en ocasiones la sustitución de un componente del aparato puede ser más costosa que la instalación de un nuevo sistema de refrigeración.
Señales que indican que debemos sustituir el aparato de refrigeración
Independientemente de lo anterior existen señales que nos indican que el aparato no funciona correctamente y que debemos sustituirlo. Las más frecuentes son las siguientes:
- Si el aparato se apaga inmediatamente después de encenderlo. Suele suceder debido a que el motor de ventilación ha dejado de funcionar bien.
- Si el aparato no calienta o no enfría. Esto suele deberse al mal estado del sensor de temperatura.
- Si el aparato no se enciende o tiene dificultades para encenderse. En este caso puede deberse a múltiples factores: mal estado del compresor, de la placa eléctrica o del transformador. La sustitución de estas piezas puede ser más costosa que la compra de un aparato nuevo.
- Si el aparato no echa aire. Esto puede deberse a un deterioro del sensor de velocidad del sistema de refrigeración.
En todos estos casos se recomienda sustituir el aparato por uno nuevo, ya que un funcionamiento deficiente también supone un considerable incremento del coste de mantenimiento y de la factura de electricidad puesto que el sistema necesita más energía y, aún así, funciona en peores condiciones que un aparato nuevo.
¿Cómo podemos alargar la vida útil de nuestro sistema de refrigeración?
En todos los casos, para que la vida útil del sistema de refrigeración sea lo más larga posible hemos de prestar especial cuidado a su correcta instalación y mantenimiento.
- Cambiar las piezas: Las piezas de un sistema de refrigeración deben reemplazarse de forma periódica para que la máquina funcione correctamente. Aconsejamos cambiar los filtros del aparato de conformidad a los periodos recomendados por el fabricante. Además, resulta imprescindible mantener siempre los filtros limpios para que el aire pase sin dificultad a través del sistema de refrigeración. Ello permite a la máquina ser más eficiente, funcionar mejor y reducir el coste de la factura eléctrica. También es muy importante cambiar las baterías del termostato dos veces al año para obtener una lectura precisa. Esto facilita un uso óptimo del aparato.
- Mantener limpio el condensador del sistema de refrigeración: La limpieza del condensador ayuda a alargar la vida del aparato. Limpia de forma regular la unidad exterior para evitar que se cuelen restos procedentes del exterior que podrían dañar el condensador y corroer las bobinas. Revise el condensador y asegúrate de que está perfectamente nivelado, ya que la más mínima inclinación impide el drenaje adecuado del agua y dificulta el funcionamiento del compresor. Además, asegúrate también de que el condensador no está bloqueado o atascado por desechos procedentes del exterior.
- Revisión periódica de técnicos profesionales: Como puedes ver, las pequeñas labores de limpieza y mantenimiento del aparato de refrigeración son muy sencillas de realizar. Sin embargo se recomienda una visita anual por parte de los técnicos con el fin de que comprueben el perfecto estado del aparato. Esto es una inversión valiosa que puede alargar años la vida útil del sistema de refrigeración. En Madrid existen técnicos profesionales perfectamente cualificados que examinarán de manera segura los componentes eléctricos de la unidad de refrigeración, comprobarán si está en perfectas condiciones de funcionamiento y revisarán si el aparato se ha instalado en el nivel adecuado. Además, los técnicos pueden lubricar el motor del aire acondicionado y verificar el termostato, garantizando que el aparato funcione de forma óptima y con la máxima eficiencia.
