¿Cómo funciona el aire acondicionado de nuestros hogares?

¿Cómo funciona el aire acondicionado de nuestros hogares?

En la actualidad, los sistemas más empleados para poder controlar las diferentes variables ambientales son los equipos de aire acondicionado. El control completo de la temperatura de una estancia, así como la humedad y la ventilación, constituye el mayor reto de las empresas y compañías de climatización actuales.

Sistemas de climatización actuales

La climatización implica un sistema de tratamiento del aire en el que se controla de manera simultánea tanto la temperatura y humedad como la limpieza y distribución del aire, con el propósito de responder a las exigencias térmicas de un espacio en concreto. Y es que hoy se busca el confort térmico, es decir, la sensación de un pleno bienestar físico en lo que se refiere al intercambio de calor. En una estancia cerrada existen cuatro elementos ambientales que influyen de forma directa en el confort térmico: humedad, temperatura del aire, pureza del aire y movimiento del aire.

Los sistemas de aire acondicionado habituales en las viviendas y establecimientos de Madrid y del resto de España se basan en el principio físico de cambio de estado del calor latente. Se entiende como calor latente de un elemento a la cantidad de calor que libera o absorbe al variar de un estado físico a otro. Para comprenderlo de manera más simple, pensemos en un hielo que se va derritiendo al absorber una cantidad importante de calor hasta deshacerse por completo y convertirse en agua, cambiando de ese modo de un estado sólido a un estado líquido. Cada elemento posee un calor latente distinto y, en el caso del hielo, el agua absorbe 334 kilojulios por cada kilogramo que se derrite.

Respecto a las sistemas de refrigeración que se instalan habitualmente en los hogares, el papel del agua y el hielo es desempeñado por el refrigerante, cuyas condiciones de trabajo se establecen entre gaseoso y líquido al poderse licuar fácilmente.

Funcionamiento

  • El refrigerante, que se encuentra en estado gaseoso, sube su presión en el comprensor. Este ascenso en la presión implica un incremento de la temperatura del refrigerante.
  • Una vez que se comprime, pasa por el condensador, que consiste en un radiador en el que el gas pasa a estado líquido, liberando así una gran cantidad de calor. Este proceso se genera en la unidad exterior del equipo de aire acondicionado. De ahí que podamos apreciar el calor que expulsa dicha unidad.
  • El refrigerante en estado líquido pasa por la válvula de expansión, la cual permite que el fluido descienda drásticamente su presión.
  • Finalmente, el ciclo de refrigeración se cierra cuando el líquido pasa por el evaporador, pasando a estado gaseoso y absorbiendo de ese modo una gran cantidad de calor. Este proceso se aprovecha para hacer pasar el flujo de aire por el intercambiador, el cual se encarga de enfriarlo. En el caso de los hogares, el evaporador se halla en la unidad ubicada en el interior de la vivienda, ya sea un casete o un split.

Falsas creencias. Recomendaciones

Algunas personas tienen la creencia de que estos sistemas de climatización son perjudiciales para nuestra salud al considerar que son responsables de gripes y resfriados; nada más lejos de la realidad, si nos encargamos de disfrutar de una temperatura moderada y estable en nuestro hogar. Además, conviene recordar que los equipos cuentan con mecanismos de filtrados de aire que purifican el ambiente, eliminando sustancias perjudiciales, como polvo, ácaros, bacterias, humo de tabaco, etc.

También es recomendable evitar que los flujos de aire frío vayan dirigidos directamente hacia las personas y los animales. Asimismo, es importante estar al tanto de que la diferencia entre la temperatura exterior e interior del hogar no supere los 10 grados centígrados, evitando de ese modo los cambios extremos de temperatura. Dicho de otra manera, durante el verano, un golpe de calor o de frío al salir o entrar en una estancia puede derivar en un enfriamiento y en una sensación molesta motivada por la variación brusca de la temperatura. Podremos evitar más de 10 grados de diferencia de temperatura a través del termostato del equipo.

Menor consumo energético y menor impacto medioambiental

Es frecuente, además, que muchos consideren que los sistemas de climatización de los hogares consumen mucha electricidad. Y lo cierto es que el exceso de consumo de fluido eléctrico suele deberse a un mal uso. Los equipos actuales disponen de opciones de bajo consumo que permiten disfrutar de un notable ahorro energético. A ello hay que sumarle que los equipos con bomba de calor suponen también un ahorro, puesto que permiten prescindir de otros sistemas de calefacción mucho más costosos.

Por otra parte, también es habitual pensar que estos equipos contaminan, pero en realidad existen normativas vigentes para la fabricación de equipos que minimizan el impacto ambiental en gran medida.

Servicio de calefacción, ventilación y aire acondicionado

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